Ya en vísperas del inicio de la Semana
Grande local, los PP. Carmelitas, que regentan la parroquia de Ntra. Sra. de Begoña,
han anunciado los cultos previstos con motivo de la fiesta de la patrona de
esta parroquia, en cuyo honor se celebran igualmente las citadas fiestas
veraniegas de Gijón.
Estos actos consistirán en un tríduo los días 12, 13 y 14 de agosto,
con rosario a las 19,30 h de la tarde, seguido de la santa Misa (20,00 h),
con predicación mariana a cargo del P. Pedro
Ángel Deza, Director de la editorial Monte Carmelo
de Burgos.
El 15 de agosto, dia de la fiesta, se celebrará la santa Misa solemne a
las 12,00 h del mediodía.
Como ya ha informado GC
en diversas ocasiones,
según cuenta la tradición, y a comienzos del siglo XVIII, fueron unos pescadores
vizcaínos los que construyeron la antigua capilla en honor de la Virgen de Begoña, en
el promontorio gijonés al que hoy da nombre. Volviendo de las costas de
Terranova fueron sorprendidos por una terrible tempestad y, ante el peligro de
muerte en que se vieron, acudieron a la protección de su Patrona de Vizcaya, la Virgen de Begoña,
prometiendo dedicarle una capilla en la primera tierra que tocaran, que resultó
ser la villa de Gijón.
Aunque es error común presentarla como patrona de Gijón, nunca lo ha
sido, correspondiendo el patronazgo de la villa al apóstol San Pedro. El error
parte del hecho de que los festejos veraniegos de Gijón, la llamada Semana Grande,
coinciden con la festividad de la Asunción. A finales del siglo XIX y comienzos del
XX, y por razones meramente mercantiles, se vio la conveniencia de comenzar a
asociar los festejos de villa a la fiesta de la Virgen de Begoña, venerada en un lugar
accesible y que se encontraba en plena expansión urbanística, y celebrada en
fecha muy propicia, a mitad del mes de agosto, cuando la villa acogía el mayor
número de visitantes y forasteros. Se retomó así y se dio fuerza a la antigua
feria de la Asunción, vinculada desde tiempo inmemorial al santuario mariano de Contrueces, al que en
origen estuvo vinculada siempre la veneración gijonesa a esta advocación
mariana (la Asunción), y que con el paso del tiempo y la fuerza de la costumbre
acabó cediendo protagonismo a la Virgen vizcaína.
La imagen original, obra del conocido imaginero asturiano Luis Fernández de la Vega,
fue destruida en los aciagos días de la guerra civil, siendo sustituida por la
actual en la década de los años cuarenta del pasado siglo. Representa una
Virgen de la Asunción, que en nada coincide con la iconografía de la imagen
original que se venera en Bilbao:una Virgen sedente de estilo románico.
La capilla original fue saqueada durante la guerra de la
Independencia, quedando arruinada y salvándose poco más que la imagen que luego
pereció en la guerra civil. La última capilla, que precedió a la actual
parroquia, fue construida en el año 1886, y cuidaron de su culto y devoción,
sucesivamente, los gremios de carpinteros y de zapateros de la villa. Así se llegó al
año 1904 en que se hicieron cargo de la capilla las Religiosas Reparadoras,
con convento anejo a la capilla en el paseo de Begoña. Tras los sucesos
revolucionarios de 1934, y tratándose de una congregación de fundación
extranjera, las Reparadoras decidieron cerrar su casa de Gijón.
Aprovechando la circunstancia los PP. Carmelitas, que habían
abierto casa en Gijón
no muchos años atrás, solicitaron autorización, que obtuvieron, para hacerse
cargo de la capilla a partir de 1935.
En el año 1970 el arzobispo Díaz
Merchán erigió en dicho templo la parroquia de Ntra. Sra. de Begoña. En
1975 fue derribada la antigua capilla (primera de las fotografías), que por
pequeña que fuera no justificaba su destrucción en otro lamentable atentado más
contra el patrimonio religioso local, y comenzando las obras del actual templo
parroquial, que con un estilo excesivamente moderno y frío no ha logrado calar
en el sentir de los gijoneses, y que fue abierto al culto en marzo de 1978.