Aunque con algo de retraso,
ya en vísperas del llamado “domingo in
albis” o de la Divina Misericordia,
queremos desear a todos nuestros lectores y amigos una feliz Pascua de Resurrección.
Y lo hacemos con imágenes de
la reciente Semana Santa gijonesa, en la que la compañía del buen tiempo y de multitud de fieles, permitió un éxito en la organización y desarrollo del
programa diseñado por las cofradías y hermandades locales. Podemos ver imágenes
de las procesiones de Miércoles Santo (Oviedo de Pasión), Jueves Santo, Viernes
Santo (diario La Nueva España), y Domingo de Pascua (diario El Comercio).
Este éxito queda palpable en
la simple contemplación de estas imágenes, pese a lo que haya afirmado, sin
rubor alguno, un gacetillero, a tiempo parcial (que no están los tiempos para
cholletes de correligionarios y amigos), en un diario local. Según el
interfecto las procesiones gijonesas apenas atraen a algunos escasos curiosos
que, paseando para pasar el tiempo, se encuentran de casualidad con ellas. Si
después de ver las multitudes que aparecen en estas fotografías piensan que
sufren alucinaciones, tranquilícense, el problema no es suyo, sino de la sectaria ceguera de este personaje que, año tras año, repite su cantinela como un disco rayado:
si llueve se alegra, con sano sentimiento, de tal circunstancia que
imposibilita el desarrollo de las procesiones; si hace buen tiempo entonces afirma
que no asiste casi nadie, y algunas otras apreciaciones tan falsas como
aquella, y hasta se permite opinar sobre cómo deben de ir vestidos los participantes
en las procesiones. Vamos una patología para hacérsela mirar. Pero ya recuerdan
el refrán: “ladran…”