Vía
Crucis de Gerardo Diego
Se
ha abierto paso en las filas
una
doliente Mujer.
Tu
Madre te quiere ver
retratado
en sus pupilas.
Lento,
tu mirar destilas
y
le hablas y la consuelas.
Cómo
se rasgan las telas
de
ese doble corazón.
Quién
medirá la pasión
de
esas dos almas gemelas.
¿Cuándo
en el mundo se ha visto
tal
escena de agonía?
Cristo
llora por María.
María
llora por Cristo.
¿Y
yo, firme, lo resisto?
¿Mi
alma ha de quedar ajena?
Nazareno,
Nazarena,
dadme
siquiera una poca
de
esa doble pena loca,
que
quiero penar mi pena.
Fotografía:
ceremonia del Encuentro en la plaza del Marqués, el Miércoles Santo.
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