La lluvia y el tiempo desapacible deslucieron y trastocaron, en buena medida, la primera de las tradicionales procesiones de la Semana Santa gijonesa, la del Encuentro Camino del Calvario. A las ocho parecía que el mal tiempo de toda la tarde daba un respiro a los penitentes. Por ello la procesión del Nazareno partió con normalidad, aunque si se advertía que la tarde desapacible había provocado una notoria disminución en el número de fieles asistentes. Cuando a las ocho y media se disponían a salir las imágenes de la Dolorosa y San Juanín de la Barquera, comenzaron a caer tímidas gotas que pronto dieron paso a un negro nubarrón que obligó a los Hermanos de la Misericordia, para evitar daños irreparables en imágenes y enseres, a volver al templo de San Pedro, al que aún estaban próximos. Allí esperaron la llegada de la procesión principal, la del Nazareno, y fue a cubierto del mismo donde el párroco de Viesques, el Rvdo. D. José Juan Hernández Déniz, pronunció su sermón, y agradeció a los cofrades su esfuerzo frente a las inclemencias.
En la fotografía lateral, del diario El Comercio, dos cofrades de la Vera Cruz, literalmente empapados por la lluvia.
La imagen inferfior, del diario La Nueva España, nos muestra a la Dolorosa, de regreso a San Pedro a los pocos minutos de su salida, a causa del aguacero.
miércoles, 31 de marzo de 2010
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