Según informan varios medios digitales, tanto nacionales como internacionales, el Cardenal Arzobispo de Lyon (Francia), monseñor Philippe Barbarin, ha prohibido expresamente que se celebrara una absolución colectiva, en el marco de una celebración penitencial, en la iglesia del Buen Nombre de Jesús, de Lyon, a cargo de los dominicos.
Monseñor Barbarin ha cumplido su obligación, defendiendo los derechos de sus fieles, e impidiendo una celebración contraria a las normas canónicas y a la práctica sacramental de la Iglesia Católica. Como bien saben los lectores de GC, las absoluciones colectivas sólo son válidas si se dan excepcionales condiciones de gravedad (emergencia, imposibilidad material de escuchar a todos los penitentes en confesión, etc), que raramente suelen concurrir, y además la validez del sacramento queda condicionada a que el penitente, tan pronto y como sea posible, reciba la preceptiva absolución personalizada tras la confesión individual de sus pecados. Todo un ejemplo, pues, de coherencia, recto proceder, y defensa de los derechos de sus fieles, en la actuación del cardenal francés.
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