Los asiduos a los partidos del Real Sporting conocerán un lema a menudo jaleado por los seguidores más radicales del equipo: “aquí están, estos son los ultras del Molinón”. Viendo la fotografía que reproducimos, de Juan Plaza para el diario La Nueva España, podríamos decir algo así como “aquí están, estos son los cristianos de base de Gijón”.
Después de la sensata decisión del Arzobispado de Oviedo de negar el uso de los locales diocesanos para unas jornadas que tenían de católico lo que Estrellita Castro de monje budista, los organizadores del evento, unos autoproclamados “cristianos de base”, decidieron pasarse al numerito. A pesar de que, según dicen, disponen de locales alternativos para sus sesiones, cedidos por “Proyecto Hombre”, decidieron suspender la primera conferencia prevista para la tarde de ayer, que ellos mismos debían considerar más que prescindible, y sustituirla por una manifestación a las puertas de la Casa de la Iglesia Diocesana que, ustedes podrán juzgar, resultó “auténticamente multitudinaria”. Tanto que todos los presentes cabían en un par de taxis o en un ascensor de los del Hospital de Cabueñes.
Lo curioso del caso es que la “multitud” congregada acusó al Sr. Arzobispo de no respetar su libertad de expresión. Afirmación radicalmente falsa, como lo prueban los hechos de que nadie ha impedido su manifestación en la vía pública, o la organización de sus reuniones y conferencias donde, “extra Ecclesiam”, tengan a bien acogerles. Lo que no tiene un pase es que uno ceda su propia casa para que le insultan o le pongan verde. Y no hacerlo es simple sentido común, no ningún atentando a la libertad de expresión. O es que acaso pretendían que les hicieran entrar bajo palio en la catedral de Oviedo...
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