viernes, 29 de enero de 2010

EL NUEVO ARZOBISPO YA SE ENCUENTRA EN ASTURIAS

Hoy, y en una tarde lluviosa típicamente asturiana, hizo su entrada en la diócesis el nuevo Arzobispo, monseñor Jesús Sanz Montes. Minutos antes de las cinco de la tarde, y cuando el templo estaba ya repleto de fieles y resonaban sus campanas, llegó a la parroquia de Santa María de Colombres. Junto a otros acompañantes viajaba en el mismo automóvil el obispo de Tarazona, monseñor Demetrio Fernández.


A la puerta del templo, y mientras sonaban la gaita y el tambor, fue recibido por el administrador diocesano, monseñor Raúl Berzosa, su delegado (anterior vicario general), el párroco y otros sacerdotes de la zona, así como por el alcalde de la localidad. Ya en el interior el nuevo Arzobispo se detuvo para saludar a los niños que siguen la catequesis de primera comunión.

Tras acceder al altar mayor, y acompañado por el Administrador diocesano, oró ante el Santísimo Sacramento, y se dirigió a los asistentes. Comenzó sus palabras con el tradicional saludo franciscano, “paz y bien”, y agradeció al pueblo de Colombres, que le sirvió de puerta de llegada a Asturias, el cálido recibimiento dispensado. En línea con su espiritualidad franciscana pidió que “la hermana lluvia”, que en aquellos momentos arreciaba, hiciera germinar en los corazones de todos los presentes las mejores semillas, dando frutos de evangelización. Siguió el canto de la salve, por parte del coro parroquial. Tras lo cual el Arzobispo quiso entregar a la parroquia un recuerdo de su paso, un relieve en plata del mártir San Lorenzo, santo de origen oscense.

Por su parte la parroquia le correspondió obsequiándole con un rosario con la medalla de la Virgen de Covadonga y la Cruz de la Victoria.

Mañana al mediodía, y en la catedral ovetense, tendrá lugar el acto central de su toma de posesión como nuevo Arzobispo. Invitamos a todos nuestros lectores y amigos a sumarse al mismo, y confiamos que en los próximos días pueda concretarse la fecha y circunstancias de su primera visita y presentación en la villa de Gijón, y capital de la Costa Verde. De ese mismo verde, que tan presente aparece en el flamante escudo heráldico del nuevo Arzobispo, y que suele identifcarse como el color de la esperanza que albergamos con la llegada de un nuevo pastor.

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