Desgraciadamente nos vamos acostumbrando a que algunos medios de comunicación critiquen un día sí, y otro también, a la Iglesia católica, no dudando para ello en sacar de contexto las declaraciones de sus representantes, o en ridiculizar sus posicionamientos y doctrina.
Por el contrario no dedican tanto tiempo y espacio cuando se trata de informar sobre la valiosa contribución de la Iglesia y sus organizaciones al bien común. Hechos tan trágicos, como la reciente tragedia de Haití, han puesto de manifiesto una vez más la eficaz, y diríamos que casi imprescindible, labor de la Iglesia y sus organizaciones en el campo de la ayuda humanitaria. Pocos destacan el ímprobo trabajo de Ayuda a la Iglesia necesitada, o el hecho de que la primera ayuda humanitaria que llegó al asolado país fuera precisamente la de Cáritas.
En relación con esta última organización nos comentaba una curiosa anécdota un gijonés, católico y gran amigo de GC. Nadie ignora la ingente labor que Cáritas está realizando, también a nivel más cercano de nuestro propio país, en estos tiempos difíciles de crisis económica. Según nos cuenta nuestro informador alguna persona acuciada por su difícil situación personal tuvo la feliz idea de llamar, en busca de ayuda, a la puerta de una de las grandes organizaciones sindicales de nuestro país. La respuesta que recibió en los locales sindicales fue lacónica: “lo sentimos pero no podemos hacer nada, para eso tienen que acudir a Cáritas”. Casualmente se trataba de la misma organización sindical que estas últimas Navidades envió por correo, a todos sus afiliados, este inocente mensaje: “Felices Navidades Laicas”.
Es decir son muy laicos a la hora de felicitar, tratando de dar una pequeña coz de la que pasan; pero parece que no tanto a la hora de saber quién ayuda de verdad y quién está realmente al lado de los más desfavorecidos.
Pura coherencia de los políticamente correctos…, y vivir para ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario