sábado, 10 de septiembre de 2011

RESTAURANDO LO ACCESORIO, Y OLVIDANDO LO PRINCIPAL

Como ya tuvimos ocasión de denunciar en anteriores entradas, la fachada principal de la capilla del Colegio de la Inmaculada, que alberga ahora también los cultos de la parroquia gijonesa del mismo nombre, había perdido su elemento principal y más destacado. Se trataba de la Cruz que coronaba dicha fachada, y que puede advertirse en esta fotografía antigua tomada de la portada del libro “Un colegio que saltó a la historia”, publicado por el P. Rivas Andrés S.J., en la década de los sesenta del pasado siglo.

Estas semanas los jesuitas del colegio abordan la restauración y limpieza de la fachada, y albergábamos, ilusos de nosotros, la esperanza de que fuera aprovechada la ocasión para reponer el que debiera ser elemento más importante de la misma. Sin embargo, y como puede advertirse en la segunda fotografía (tomada hoy mismo), se ha descubierto ya la parte superior de la fachada, sin que exista el más mínimo indicio de que la tarea más importante vaya a ser abordada. Una vez más, y así nos va, nos dedicamos a lo accesorio y dejamos a un lado lo principal. Así que como desagravio, no viene mal hoy recordar la traducción al castellano del antiquísimo himno “Crux fidelis”:

¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario