En el santuario local de Nuestra Señora de Contrueces se venera esta Virgen bajo la advocación de la Asunción de Nuestra Señora. Precisamente la fiesta de la Virgen de Contrueces se celebraba tradicionalmente coincidiendo con la de la Asunción (15 de agosto), pero existe constancia que, a mediados del siglo XIX, el Ayuntamiento decidió trasladarla al domingo siguiente a esta festividad, tal y como se mantiene en la actualidad.
Según el que fuera cronista oficial de la villa Fabriciano González, “Fabricio”, la construcción del santuario primitivo se remota nada menos que al reinado de Alfonso III el Magno, último rey de la monarquía asturiana, entre los años 866 y 910. Este santuario fue destruido hacia el siglo XVI, y tras sucesivas reconstrucciones, vemos el edificio que hoy se conserva, y que comenzó a levantarse en 1638, con planos del maestro de obras Gonzalo de Güemes Bracamonte. A la muerte de éste, la obra fue continuada por Fernando de la Huerta, que empleó, como su antecesor, piedra traída de las canteras existentes en Los Caleros y en Bernueces. La obra se terminó en el año 1660.
El principal promotor de la iglesia fue Fernando de Valdés, destacado personaje en aquel Gijón del siglo XVII, cuya casa solariega es el palacio hoy sede del Colegio Santo Ángel, y que dio nombre también al popular “Campo Valdés”.
El santuario de Contrueces fue uno de los escasos templos del concejo de Gijón (junto con el templo del Sagrado Corazón en el núcleo urbano, hoy basílica, que fue utilizado como cárcel) respetados durante la iconoclasia y barbarie desatada en la guerra civil.
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