viernes, 23 de octubre de 2009

LA CAPILLA DE LA TRINIDAD



En ocasiones resulta difícil interpretar y disfrutar con el arte moderno y en especial con las últimas exposiciones realizadas en la antigua capilla de la Trinidad. Lógicamente, se desea lo mejor para estos artistas. Incluso que triunfen a nivel internacional, y posiblemente cuando llegue ese momento, estaremos satisfechos de que en sus comienzos hayan expuesto en Gijón. Pero los buenos recuerdos de la infancia cuando asistíamos a misa en este templo, no permiten ser objetivo al aceptar un uso tan diferente después de tantos años.


Hace algún tiempo se expuso una escultura que consistía en una torre hecha con cajas de sidra. En otra ocasión, un artista nipón observó que cuando la gente entraba en el recinto miraba hacia arriba, por lo que decidió crear unos tabiques para que la capilla fuese vista de arriba hacia abajo.

Próximamente otro artista instalará una cascada dentro de la capilla porque pretende “crear un entorno dentro de otro entorno” (¿?). Difícilmente podrá tener la belleza de la cascada natural de la Santa Cueva de Covadonga.

Este emblemático edificio construido en el siglo XVII con fachada barroca, fue propiedad en un principio de la familia Jove-Huergo, y posteriormente de la familia García-Sala. En los primeros años del pasado siglo, Don Eutiquio de la Sala lo dona a la Parroquia de San Pedro junto con otros terrenos para crear una fundación benéfico-docente. Es entonces cuando su párroco y arcipreste, Don Ramón Piquero, decide poner en marcha la Fundación San Eutiquio, en agradecimiento al providencial benefactor.

Durante muchos años este edificio estuvo regentado por los Hermanos de la Salle, teniendo su residencia en la zona anexa a la capilla, aunque tenía su entrada por la parte trasera, por entonces denominada Calle Hortalizas.

Muchos han sido los niños que a diario acudían al alba a la misa en esta capilla, para después acompañar a sus profesores, los Hermanos de la Salle, hasta su colegio en Cimadevilla para comenzar las clases.


Es cierto que en su momento gracias al cambio de titularidad de la capilla, la Parroquia de San Pedro pudo culminar una magnífica obra como es la Residencia de Ancianos, y eso sirve de consuelo. Pero ver este templo, otro más, ya desacralizado es algo a lo que no resulta fácil acostumbrarse.

Es posible que cada persona tenga un concepto diferente del arte y de la estética, pero a mucha gente les puede resultar más agradable la imagen de la Santísima Trinidad que presidía el altar en sus buenos tiempos realizada por A. Claret, que las últimas exposiciones anteriormente comentadas. Esta imagen es en la actualidad custodiada por un grupo de personas que la salvaron de su destrucción de forma espontánea, como si con ello se fuera a perder también parte de sus vidas.

Estanislao de Kostka Lloréns Menéndez

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