jueves, 24 de junio de 2010

TRADICIONES GIJONESAS: LA BENDICIÓN DE LAS AGUAS

El 24 de junio, festividad litúrgica de San Juan Bautista, es la fecha en que tradicionalmente se bendecían las aguas de la bahía gijonesa. Su proximidad al inicio oficial del verano, y la dedicación propia del santo precursor, convertían su fiesta en el día más adecuado para “bautizar” también las aguas gijonesas, iniciando así oficialmente la temporada de baños.

La década de los años setenta del pasado siglo, sin duda traumática por cuanto supuso en la ruptura e interrupción de nuestras tradiciones religiosas más populares (Corpus, Semana Santa…), dio también al traste con la continuidad de esta bella costumbre. Sólo décadas después, y por decisión nuevamente de las autoridades parroquiales de San Pedro, se recuperó la ceremonia, pero desubicada entonces de su tradicional fecha y en el marco de una confusa y extraña mezcolanza de elementos diversos (por tanto, y a pesar de lo que hayan afirmado algunos medios escritos días atrás, el origen de esta tradicional ceremonia es bastante anterior a la década de los años noventa del pasado siglo, fecha en que sólo se recuperó pero como decimos desubicada de contexto y fecha). Las aguas de nuestra bahía se bendicen ahora, con un notable retraso respecto a la fecha oficial de inicio del estío, en la festividad del santo patrono de la villa, San Pedro, de oficio pescador que no bautista. La festividad del santo patrono, según la tradición local, nunca fue solemnizada con bendiciones marítimas, sino con fiestas, verbenas, voladores, y Misa solemne, cantada y repicada.
Por ello no estaría de más recuperar la genuina tradición gijonesa, y devolverle al santo bautista, en el día de su fiesta, el protagonismo hurtado; sin que ello supusiera arrebatarle al santo patrono de la villa honores ni festejos, antes bien pensamos que pudieran y debieran ser reforzados, pero los propios y legítimos no los ajenos.

La consulta a la hemeroteca, en las páginas del desaparecido diario Voluntad, nos trae imágenes evocadoras (del conocido fotógrafo local Guerrero) y crónicas de la ceremonia sanjuanera de bendición de las aguas en los años 50 y 60 del pasado siglo. Estas fuentes documentales aportan también datos reveladores. Por ejemplo nos llama hoy la atención que en aquellos días de estado confesional, y cuando la religión católica era oficial, las autoridades municipales, que también asistían a la ceremonia, lo hicieran discretamente desde un segundo plano. Sin restar un ápice de protagonismo a la celebración litúrgica, en la que la aspersión con el agua bendita, como mandan los cánones, la realizaba el presbítero celebrante hisopo en mano (de "mar hisopado y bendito" nos hablan estos textos).

Pueden consultar, a mayor tamaño, las páginas que reproducimos del diario Voluntad, marcando sobre ellas y ampliándolas, o en esta dirección de la Hemeroteca de Gijón, buscando los ejemplares de dicho diario correspondientes a los días 25 de junio de los años 1959, 1960, 1961, 1963 y 1965.




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