miércoles, 18 de noviembre de 2009

ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA POR LOS SACERDOTES QUE EJERCEN SU LABOR PASTORAL EN GIJÓN


En este año jubilar sacerdotal queremos hoy elevar una oración especial a la Virgen de Fátima, venerada entre otras en la parroquia gijonesa de San José (como muestra la fotografía), por todos los sacerdotes que ejercen su labor pastoral en el arciprestazgo de Gijón.


Madre Nuestra María Santísima de Fátima, Madre del verdadero Dios por quien, en quien y con quien vivimos, hoy te suplicamos humildemente que intercedas por tus hijos, los sacerdotes que ejercen sus trabajos apostólicos en el arciprestazgo de Gijón. Pídele a Dios Espíritu Santo, encender en el corazón de estos sacerdotes el FUEGO DE SU AMOR. Un fuego que les de calor a ellos primero y luego que la chispa de ese fuego contagie a todos los que se acerquen a ellos. Un fuego que caliente a los que tengan frío en su corazón, que sea una llama de amor que no se apague nunca, ni de noche ni de día. Que sea un fuego que queme todo los resentimientos, todos los malos recuerdos, todo lo negativo, todo el dolor, toda la falta de amor, todo lo que necesita renovarse. Y luego que brote de ese mismo corazón un RÍO DE AGUA VIVA, un río que apague primero la sed de estos tus siervos, su sed de Dios, su sed del Amor de Dios, su sed por la salvación de las almas. Y después que sean una fuente de donde las almas puedan encontrar y experimentar el AMOR DE DIOS, su misericordia, su perdón por medio de la absolución dada por Tu Hijo Jesucristo a través de las manos de estos sacerdotes tuyos. Madre Nuestra, este AMOR, este Fuego, esta AGUA VIVA es urgente que Dios le permita a estos sacerdotes experimentarlos, para su propia paz, alegría y salvación y para compartirlas con todas las almas que Dios tenga destinadas que se salven a través de su contacto con estos humildes sacerdotes tuyos. Gracias por tu amor y tus cuidados maternales. Cúbrenos con tu manto y protégenos de todos los males y de las asechanzas del demonio. Sé tú nuestra guía, nuestro lucero, nuestro faro, enséñanos el camino al Cielo donde por medio del amor, la misericordia y el perdón de Dios esperamos gozar por siempre del Amor de Dios, junto contigo por siempre. Amén

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