A punto de reabrirse, en todo su esplendor recuperado, la basílica del Sagrado Corazón de Jesús de Gijón, es justo tener unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a todos cuantos han hecho posible esta bella realidad.
Por supuesto a las instituciones públicas y privadas, y a tantos anónimos y generosos particulares que han hecho posible la realización de los trabajos de restauración.
De modo particular debe subrayarse el titánico y eficaz trabajo en la gestión, planificación, y búsqueda de financiación de estos trabajos, realizado por el actual rector del templo, Rvdo. D. Julián Herrojo. También un recuerdo muy merecido para el actual Arzobispo de Valencia, y anterior Arzobispo de Oviedo, D. Carlos Osoro, auténtico y entusiasta valedor del templo y de su conversión en la basílica de Gijón.
Agradecida debe ser igualmente la callada y eficaz labor de transición realizada por quien fuera durante años Vicerrector del templo, Rvdo. D. Fidel Ibáñez, que hoy disfruta un merecido retiro en la casa sacerdotal de Oviedo.
Reconocimiento, ¡cómo no!, para todos aquellos jesuitas ignacianos que durante décadas mantuvieron la llama encendida de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Tememos olvidar muchos nombres, pero no por ello queremos dejar de citar a algunos: desde el P. Elorriaga al P. Diego (hermano del poeta Gerardo Diego), los Padres Vázquez, Soto, Martín, Prieto, Losantos, Vecilla, Polo, Carracedo o Ramos, sólo por citar algunos.
Y un homenaje muy especial al P. Cesáreo Ibero, S.J., que fuera rector del Colegio de la Inmaculada, y auténtico promotor y factótum de la construcción del templo, en las primeras décadas del siglo XX. Por ello quisieron dejarlo inmortalizado los hermanos Immenkamp en el soberbio mural del “Triunfo de los Justos”, del que tomamos esta imagen.
Agradecimiento también, por último pero no menos importante, a la generosidad de la gijonesa Carmen Zulaibar, que con su donación hizo posible la construcción de la que hoy es basílica de Gijón, en su céntrico emplazamiento.
Si de bien nacidos es el ser agradecidos, queremos serlo hoy especialmente a la hora de celebrar el renacer de este histórico templo.
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